20.2.06

cenas de domingo

Hace ya algunos meses que hemos convertido en institución esto de cenar fuera los domingos. Sí, los sábados también cenamos, pero es distinto. Es lo de siempre.

Lo de los domingos es diferente. Todo más tranquilo, más relajado, con la única pretensión de pasar un rato agradable sin que el tiempo apremie. Otro ritmo.

Una conversación agradable, al calor de una botella de vino, unos dulces y un café. Temas que no se sulen hablar de forma habitual. Nuestra vida y nuestras preocupaciones. Charlas de esas que te rascan el corazón. Y lo mejor de todo: la compañía y la cercanía.

Siento que estoy construyendo algo que valdrá la pena recordar con cariño y añoranza.

Y me alegro.