25.2.06

Es duro.

Hace algún tiempo que vengo dándole muchas vueltas a mi cabeza, demasiadas, acerca de el camino que llevo recorrido, de cómo debería ser el que me queda por recorrer y de qué debería hacer para que esa senda venidera se parezca al menos un poco a la que está en mis pensamientos.

No soy de los que echan balones fuera y, aunque la suerte es un factor decisivo, pienso que si estoy como estoy es porque hice las cosas como las hice, para bien o para mal. Pensar así es un arma de doble filo. Por un lado te hace responsable de las cosas que te pasan y por otro te otorga el convencimiento de poseer la capacidad de reconducir tu vida hacia allá donde desees.

Hay ratos en que esta incesante tarea de análisis te lleva a la extenuación y es ahí cuando aparece la tentación de soltar los remos, dejarte llevar y que sea lo que Dios o el Diablo quiera.

Estoy convencido de que se es más feliz así, tragando horas de tele sin parar y haciendo del último corte de pelo de Beckham o del nuevo tatuaje de la mega-chipi-guay concursanta del Gran Hermano la máxima preocupación de la semana, el mes o el año.

Pero sé que no me lo perdonaría. Mi yo del 2015 miraría atrás maldiciendo el día en que decidí rendirme. Y es que no es cuestión de elección, sino de forma de ser. Por suerte o por desgracia no podemos elegir ser distintos a como somos.

Así que no queda más remedio que apretar los dientes, cerrar bien fuerte los puños y respirar hondo.

Mañana, otro paso.

20.2.06

cenas de domingo

Hace ya algunos meses que hemos convertido en institución esto de cenar fuera los domingos. Sí, los sábados también cenamos, pero es distinto. Es lo de siempre.

Lo de los domingos es diferente. Todo más tranquilo, más relajado, con la única pretensión de pasar un rato agradable sin que el tiempo apremie. Otro ritmo.

Una conversación agradable, al calor de una botella de vino, unos dulces y un café. Temas que no se sulen hablar de forma habitual. Nuestra vida y nuestras preocupaciones. Charlas de esas que te rascan el corazón. Y lo mejor de todo: la compañía y la cercanía.

Siento que estoy construyendo algo que valdrá la pena recordar con cariño y añoranza.

Y me alegro.

15.2.06

The blower's daughter

Tras esta larga ausencia, vuelvo a caminar por estos lares para escribir que encontré el amor.

Sí, esta vez sí, creo que me he enamorado. Al fin y al cabo son fechas propicias, ¿o no?.
Pero esta vez no ha sido una chica. Esta vez ha sido una canción (Dios, me leo y pienso que debo dejar los Halls extra-fuertes de una p**a vez!).

La primera vez que tuve el placer de disfrutarla fué a final del pasado septiembre. Con el circo romano de Sagunto como escenario, en una noche deliciosa, Ivan Ferreiro hizo los honores. Inmediatamente me atrapó. En ese momento no tenía nada, ni su nombre, ni disco, ni autor. Nada. Tuve que correr hacia san google, quien tras un rato de resistencia y varios callejones sin salida, me contó que el padre de la delicia era un tal Damien Rice. Tan pronto como pude me hice con ambas versiones, la de Iván y la de Mr. Rice. Lo dicho, una auténtica delicia.

Al tirar un poco más del hilo descubrí que estaba incluida en la banda sonora de una película que en aquel momento no me sonaba de nada: Closer.

Hace unos días pude ver la película, que me sorprendió y me fascinó a partes iguales. Londres de fondo, la Londres que respiré hace ya casi un año, que me envolvió y de la que me dejé empapar y a la que prometo volver. Cuatro personas que viven y se encuentran, el deseo, la intución, las manías, el instinto, la inocencia, la astucia, la culpabilidad, la venganza, la felicidad y la negación de la misma y ¿el amor?. Una historia totalmente recomendable.

Desde entonces no puedo dejar de cantarla una y otra vez, suena en mi mente en sesión continua y le he escuchado al menos 372 veces, me acuesto y me levanto con ella.

¿Es o no amor?

En fin, tócala otra vez, winamp...

Recordatorio: controlar las dosis de Halls. Refrescan la garganta y despejan la nariz, pero sus efectos secundarios son imprevisibles.




DAMIEN RICE
The blower's daughter


And so it is
Just like you said it would be
Life goes easy on me
Most of the time
And so it is
The shorter story
No love, no glory
No hero in her sky

I can't take my eyes off of you
I can't take my eyes off you
I can't take my eyes off of you
I can't take my eyes off you
I can't take my eyes off you
I can't take my eyes...

And so it is
Just like you said it should be
We'll both forget the breeze
Most of the time
And so it is
The colder water
The blower's daughter
The pupil in denial

I can't take my eyes off of you
I can't take my eyes off you
I can't take my eyes off of you
I can't take my eyes off you
I can't take my eyes off you
I can't take my eyes...

Did I say that I loathe you?
Did I say that I want to
Leave it all behind?

I can't take my mind off of you
I can't take my mind off you
I can't take my mind off of you
I can't take my mind off you
I can't take my mind off you
I can't take my mind...
My mind...my mind...

'Til I find somebody new